You know what it meant... Si lo sé, sé lo que significó para ti. Una mentira, pues nunca duramos para siempre, un engaño, pues te fui infiel, un adiós porque ya no te veo... Qué irónico que hoy decida escribirte, para saludar, para decir que aún me queda amor por ti.
Estoy loco si creo que de veras me escucharás, que ignorarás los consejos de tus amigos... Vaya que soy imbécil... Pero aún así te quiero, quizás más de lo que quiero quererte, quizás hasta mañana, quizás hasta la semana entrante, quizás por siempre... Y aún cuando mi corazón se vierte en el molde hirviente de mi poesía para adquirir la belleza, la esbelta forma de una emoción, palpita, palpita sin cesar por ti, a quien hube de amar, a quien amo, a quien espero la misericorde Señora de mi alma, Diosa de paz me haga dejar de amar.
Es largo este trayecto de caídas, de moretones y maldiciones que es la vida, pero no por tu presencia vácua se hace menos larga, ni mas abarrotada de dificultades. Es tu presencia la que propicia mi dificultad, la que me hace sucumbir de dolor en las largas noches de sueños rotos, pesadillas presentes que se trastornan bajo el elíxir de los Dioses, la suave voz de una musa que susurra a mis atentos oídos las palabras que han mis manos de escribir, los trazos de mis dedos dibujar, los suaves sombreados, difuminaciones, embellecimientos que en mi tortura son producto de mi sangre, mi sufrimiento, mi acción.
La noche me acompañará a donde vaya, los suaves retazos de seda que una vez fuésen portados por mi eterno amor Soledad me acompañarán hasta esta costa, esta playa que negra, más que el petróleo, yace a nuestros pies... Y es que es este océano el que sustenta mi alma, el que contiene mi corazón, el que se desplaza en mis venas y me escucha, escucha atento a cada canción, gesto de pasión por ti. No sé si ser poético es la solución, sólo sé que es mi único aliento...
Los llantos de una depresión incurable, Wulf.
Estoy loco si creo que de veras me escucharás, que ignorarás los consejos de tus amigos... Vaya que soy imbécil... Pero aún así te quiero, quizás más de lo que quiero quererte, quizás hasta mañana, quizás hasta la semana entrante, quizás por siempre... Y aún cuando mi corazón se vierte en el molde hirviente de mi poesía para adquirir la belleza, la esbelta forma de una emoción, palpita, palpita sin cesar por ti, a quien hube de amar, a quien amo, a quien espero la misericorde Señora de mi alma, Diosa de paz me haga dejar de amar.
Es largo este trayecto de caídas, de moretones y maldiciones que es la vida, pero no por tu presencia vácua se hace menos larga, ni mas abarrotada de dificultades. Es tu presencia la que propicia mi dificultad, la que me hace sucumbir de dolor en las largas noches de sueños rotos, pesadillas presentes que se trastornan bajo el elíxir de los Dioses, la suave voz de una musa que susurra a mis atentos oídos las palabras que han mis manos de escribir, los trazos de mis dedos dibujar, los suaves sombreados, difuminaciones, embellecimientos que en mi tortura son producto de mi sangre, mi sufrimiento, mi acción.
La noche me acompañará a donde vaya, los suaves retazos de seda que una vez fuésen portados por mi eterno amor Soledad me acompañarán hasta esta costa, esta playa que negra, más que el petróleo, yace a nuestros pies... Y es que es este océano el que sustenta mi alma, el que contiene mi corazón, el que se desplaza en mis venas y me escucha, escucha atento a cada canción, gesto de pasión por ti. No sé si ser poético es la solución, sólo sé que es mi único aliento...
Los llantos de una depresión incurable, Wulf.
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